NEOCONCRETISMO
La ruptura neoconcreta en el arte
brasileño remonta a 1959, después que el grupo de mismo nombre
publica el Manifesto Neoconcreto, se debe
comprender en base al movimiento en el país, que remonta a
comienzos de la década de 1950 y a los artistas del Grupo Frente en Río
de Janeiro y del Grupo Ruptura en São Paulo.
Tributaria de las
corrientes abstractas modernas de las primeras décadas del siglo XX
con raíces en experiencias como las de la Bauhaus, de los grupos De
Stijl y Cercle et Carré, además del suprematismo y
constructivismo soviéticos, el arte concreto crece en el país en
consonancia con las formulaciones de Max Bill (1908 - 1994), principal
responsable del ingreso de ese ideario plástico en América Latina, luego
de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Gerrit Rietveld
Pierre Daura
El contexto favorable al desarrollo de la creencia en la industria y en el progreso dicta el estilo de la época por la que se mueven los adeptos del arte concreto en Brasil. El programa concreto parte de un acercamiento entre el trabajo artístico y el industrial. Del arte se aparta toda connotación lírica o simbólica. La pintura no tiene otro significado que ella misma. Menos que representar la realidad, la obra de arte evidencia estructuras y planos relacionados, formas seriadas y geométricas, que hablan por sí solas.
A pesar de la
pauta general compartida por el arte concreto en Brasil, es posible
afirmar que la investigación de los artistas de São Paulo enfatizan el
concepto de pura visualidad de la forma a la que el grupo de Río de
Janeiro opone una fuerte articulación entre el arte y la vida, que
aleja la consideración de la obra como máquina u objeto y un
énfasis mayor en la intuición como requisito fundamental del trabajo
artístico.
Lygia Clarck
Las divergencias entre Río y São Paulo se evidencian en la exposición Nacional de Arte Concreto en São Paulo, 1956, y Río de Janeiro, 1957, inicio de la ruptura
neoconcreta.
El manifiesto de 1959 firmado por Amilcar de Castro
(1920 - 2002), Ferreira Gullar (1930), (1911 - 2005),
Lygia Clark (1920 - 1988), Lygia Pape (1927 - 2004), Reynaldo Jardim
(1926) y Theon Spanudis (1915), denuncia
que la toma de posición neoconcreta se hace particularmente en virtud
del arte concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista.
Contra las ortodoxias constructivas y el dogmatismo geométrico, los
neoconcretos defienden la libertad de experimentación, el regreso a las
intenciones expresivas y el rescate de la subjetividad.
La recuperación
de las posibilidades creadoras del artista ya no considerado un
inventor de prototipos industriales y la incorporación efectiva del
observador que al tocar y manejar las obras se convierte en parte de
ellas se presentan como intentos de eliminar algún rasgo
técnico-científico presente en el arte concreto.
Si el arte no es
producción de hechura industrial, sino un medio de
expresión, es porque el hacer artístico se ancla en la experiencia
definida en el tiempo y en el espacio.
Amilcar de Castro






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