martes, 10 de septiembre de 2013

Neoconcretismo


NEOCONCRETISMO

La ruptura neoconcreta en el arte brasileño remonta a 1959, después que el grupo de mismo nombre publica el Manifesto Neoconcreto,  se debe comprender en base al movimiento en el país, que remonta a comienzos de la década de 1950 y a los artistas del Grupo Frente en Río de Janeiro y del Grupo Ruptura en São Paulo. 

 


Tributaria de las corrientes abstractas modernas de las primeras décadas del siglo XX  con raíces en experiencias como las de la Bauhaus, de los grupos De Stijl  y Cercle et Carré, además del suprematismo y constructivismo soviéticos, el arte concreto crece en el país en consonancia con las formulaciones de Max Bill (1908 - 1994), principal responsable del ingreso de ese ideario plástico en América Latina, luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
 







      Gerrit Rietveld












                                          
                                        Pierre Daura






El contexto favorable al desarrollo de la creencia en la industria y en el progreso dicta el estilo de la época por la que se mueven los adeptos del arte concreto en Brasil. El programa concreto parte de un acercamiento entre el trabajo artístico y el industrial. Del arte se aparta toda connotación lírica o simbólica. La pintura no tiene otro significado que ella misma. Menos que representar la realidad, la obra de arte evidencia estructuras y planos relacionados, formas seriadas y geométricas, que hablan por sí solas. 

A pesar de la pauta general compartida por el arte concreto en Brasil, es posible afirmar que la investigación de los artistas de São Paulo enfatizan el concepto de pura visualidad de la forma a la que el grupo de Río de Janeiro opone una fuerte articulación entre el arte y la vida, que aleja la consideración de la obra como máquina u objeto y un énfasis mayor en la intuición como requisito fundamental del trabajo artístico. 
 

 Lygia Clarck

Las divergencias entre Río y São Paulo se evidencian en la exposición Nacional de Arte Concreto en São Paulo, 1956, y Río de Janeiro, 1957, inicio de la ruptura neoconcreta.
 
El manifiesto de 1959 firmado por Amilcar de Castro (1920 - 2002), Ferreira Gullar (1930),  (1911 - 2005), Lygia Clark (1920 - 1988), Lygia Pape (1927 - 2004), Reynaldo Jardim (1926) y Theon Spanudis (1915), denuncia que la toma de posición neoconcreta se hace particularmente en virtud del arte concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista.

Contra las ortodoxias constructivas y el dogmatismo geométrico, los neoconcretos defienden la libertad de experimentación, el regreso a las intenciones expresivas y el rescate de la subjetividad. 
 


Franz Weissmann
 


La recuperación de las posibilidades creadoras del artista ya no considerado un inventor de prototipos industriales y la incorporación efectiva del observador  que al tocar y manejar las obras se convierte en parte de ellas se presentan como intentos de eliminar algún rasgo técnico-científico presente en el arte concreto. 

Si el arte no es producción de hechura industrial, sino  un medio de expresión, es porque el hacer artístico se ancla en la experiencia definida en el tiempo y en el espacio.


 




                                  Amilcar de Castro


 


Lygia Pape

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